En este periodo de transición, las canciones prohibidas se coreaban en público y los artistas perseguidos recibían la ovación de la multitud y participaban activamente en la primera campaña electoral en apoyo de coaliciones y partidos de izquierda. Pronto, el término cantautor, identificado como una forma de hacer en la que el fondo prevalece sobre la forma y la letra sobre la música, perderá su prestigio. Es más, a su significado estricto del concepto, cantante que interpreta sus propias composiciones o pone música a versos ajenos, se incorpora una pesada rémora, hasta el punto de que muchos artistas renunciarán de su condición.
A día de hoy hay cantantes que aunque componen sus propias letras, no se definen como cantautores. Este es el caso de David Cordero, un joven entusiasta que es miembro del grupo “Úrsula” en Sevilla.
“Yo no soy cantautor, a mi no me van esas cosas, los cantautores tienen un estilo muy definido, llevando a cabo canciones protesta, eso no es lo mío.” David Cordero
En estos años de cambio, una de las canciones más relevantes fue Libertad sin ira, en la que se expresa la voluntad de superación del lastre histórico de los dos bandos contendientes en la Guerra Civil. Se trata de un himno que caló muy hondo en la sociedad. De hecho, aun se sigue cantando en las manifestaciones por la paz, con la intención de poner fin a los atentados terroristas.
“Libertad sin ira, guárdate tu miedo y tu ira, porque hay libertad sin ira, libertad y si no la hay sin duda la habrá…” Jarcha, Libertad sin ira
0 comentarios:
Publicar un comentario